El día que yo
desaparezca
me llorarás como
si hubiese muerto.
Tus lágrimas te vaciarán
el cuerpo y la oscuridad
bañará tanto el
olvido de besos
que conmigo
perecerá.
El día que yo
desaparezca
tanto me vas a
llorar
que tu alma se
quedará seca
bajo el rayo
estival del recuerdo
en el que
acariciaba tus ortigas con los dedos
y me hacía
jirones el corazón
para lanzárselo a
los perros.
El día que yo
desaparezca
me llorarás tan
ancho como el mar
pero no estaré
aquí para contemplar
el horizonte de
su inmensidad.