Como extranjera
en cuerpos exóticos,
Visitadora de
otros lares que tuyos no son.
Corriendo a mi
tierra ajena, mi vuelta a casa,
sin billete de
salida voy.
Ser a menudo la forastera,
la muchacha de
ojos tristes
que sin rumbo se
contonea
ahora aquí,
ahora allá,
luego no sé… la nada.
El anhelo de
vuelta a casa.
Ven mi sombra
errante los ojos extraños,
tan sutil y
vaporosa como un fantasma.
Tal vez se
pregunten como se acaricia
sin tocar, como
poseer la oscuridad
en los resquicios
de un abrazo.
Tan pronto como se
separen,
y el negro el
entorno encharque,
no se molestará a
ensombrecer sus nombres.
Conmigo, se habrá
ido lejos, muy lejos,
guarecida en la
tempestad de imaginar los besos
a su amada
tierra.
Olías a fresco y
hierva humedecida por la lluvia.
Algo de regresar,
poco de partir.
Sin la existencia
en mi mente de estos conceptos,
te reconocí.