dimarts, 29 de març del 2016

XI

Buscamos tanto como locos la transcendencia
que no divisamos más allá del egoísmo superficial
y dejamos, como necios, pasar la sublime concavidad de la existencia
en:
el amor trivial hacia una rosa,
el zumbido del pasar de un tren,
el silencio de cuando él te mira
y el tuyo dejándote absorber.  

divendres, 25 de març del 2016

X

Esconde las huellas
de los besos expedidos.
El amante movedizo se marcha
desarropando las pruebas
dormidas en mi cama.

 El hedor a rechazo
ha cristalizado en mi estómago,
ahora vomito esquirlas de desasosiegos
con aroma a entrañas.

Las luces forasteras me calman,
su calor invernal traspasa las lunas estomacales
derritiendo el vacío interestelar
saturado de niebla espesa a vísceras
y olor a sal.

dijous, 17 de març del 2016

IX

En ocasiones,
No es el caballero andante quien nos salva del dragón.
Es aquel chaval curioso
que te aguarda desvestido de armadura,
sin promesas de “para siempres” que entregar.

Es el chaval que se te acerca y se enfurruña
Porque no le miras.
Quizás no se ha dado cuenta que todavía no le ves.

En el fondo no le preocupa.
Te contempló, y en la bastedad de tu
estepa-mente osó perderse
comiendo entre zarzales y encantando a las serpientes,
concubinas del malvado escupe-fuego, que
por si todavía no lo habías advertido,
es otra cara de tu yo.

El dragón no morirá,
Tampoco serás salvada,
Aprenderás a bailar con el fuego entre las sábanas.
El chaval que subestimabas te enseñará.       

dimecres, 9 de març del 2016

VIII

La clave ante todo es
el dejarse la piel
al vivir
al comer
al hablar y al respirar.
Al perdonarse de verdad
y permitirse el sentir
sin remordimientos. 

VII

Como extranjera en cuerpos exóticos,
Visitadora de otros lares que tuyos no son.
Corriendo a mi tierra ajena, mi vuelta a casa,
sin billete de salida voy.

Ser a menudo la forastera,
la muchacha de ojos tristes
que sin rumbo se contonea
ahora aquí,
ahora allá,
luego no sé… la nada.
El anhelo de vuelta a casa.

Ven mi sombra errante los ojos extraños,
tan sutil y vaporosa como un fantasma.
Tal vez se pregunten como se acaricia
sin tocar, como poseer la oscuridad
en los resquicios de un abrazo.
Tan pronto como se separen,
y el negro el entorno encharque,
no se molestará a ensombrecer sus nombres.
Conmigo, se habrá ido lejos, muy lejos,
guarecida en la tempestad de imaginar los besos
a su amada tierra.

Olías a fresco y hierva humedecida por la lluvia.
Algo de regresar, poco de partir.
Sin la existencia en mi mente de estos conceptos,
te reconocí.