dimecres, 30 de desembre del 2015

II



No está permitido echar la marcha atrás,
preguntarse qué habría sido.
Beberse lágrimas pasadas
y conspirar por aquello que jamás pasó.

No está permitido ahogar hasta matar el cambio,
aferrarse a un ente muerto a nuestro lado.
Suéltale, no hizo nada más para quedarse,
sólo suspirar y musitar que erais tan diferentes…

No está permitido dejar los pies en el suelo,
atar el corazón a una cuerda limitada como
un niño hace con su globo azul.
Vuela, vuela con él, déjalo planear y soñar
con todo aquel que roce su sombra.

No está permitido negar la rabia y la
tristeza, la angustia y la frustración.
Así ya eres perfecto, completo,
un ser que siente, que sufre,
que coge la mano,
que resopla,
que besa,
que frunce el ceño,
que se contenta sin razón,
abrazando el momento.

Ante cualquier situación, yo
te deseo que seas tú mismo.
Vive y vive y sigue viviendo
sin miedo, consciente de aquello
que te hace más feliz.
¡Corre, que se escaparán tus anhelos!
Se valiente, no los dejes ir. 

dimarts, 22 de desembre del 2015

I


Todo en la vida es una experiencia espiritual.
Encontrarte también lo fue.
Verte entre muchos, hallarte sin querer
con aquella camiseta de ese grupo, saltando
y brincando al son de la música
ausente a todo,
ausente a mí.
Fue así como te descubrí y como
posiblemente me enamoré de ti.
Aún recuerdo como vibrabas
de alegría anónima ante mis ojos y ese
susurro que decía:
Lánzate
Lánzate
que quizás es ese amor de tu vida,
ese afecto que llega y se marcha como la brisa…
así, sin avisar,
pero que se te clava en el alma y nunca olvidas.
Ese por el que escribes y describes
palabras sin rumbo fijo,
ese por el que no duermes por las noches
y por el que de golpe crees en Dios y en el infierno
de vivir contigo ni sin ti y del dolor
de permitir a medias que te marches.
De pensarte y desearte a escondidas como si fueras pecado
o la manzana prohibida del árbol de la vida.
Si, de la vida.
La que te vuelve inmortal
y te salva de sentir cómo caduca el mañana.

Todo en la vida es una experiencia espiritual.
Dime, ¿cuándo has amado
no has vuelto a resucitar expectante
e inocente, como un náufrago vencedor de
los escollos del odio y de la muerte?
Yo lo fui.
Los sentí.
Pero en mis entrañas existía algo aún más fuerte.
Te vi, sin saberlo,
y tu sin saberme a mí.