Me callo y todo emerge
como un profundo vómito
de chapapote negro.
Escupe sombra maciza,
empapa el suelo y llora
hasta que no puedas sacar más.
Luego duerme. Sé valiente
y duerme. No duermas
sin vomitar, sin sacar,
sin antes ser libre.
Siente las convulsiones
en tus retinas. Míra tu reflejo
en el deshecho. Esa parte de ti
que ves deforme se fue
para siempre.
Es un gustazo volver a leer tu verso después de tanto tiempo, aunque pensándolo bien seguramente no sea tanto, se ha hecho largo. Y es un gustazo volver a leerte aunque sea un vómito, parece cargado de liberación, un dolor que ya no tienes que buscar, al que has mirado a la cara. Me alegro.
ResponElimina