Hay una razón de ser de tu dolor.
Hay, otras maneras.
Despertar, antes de divagar
Llorar con los demás enfrente
y ser valiente, dejando de esconder
esas lágrimas que sientes
ahí, en la recámara.
Haz lo contrario a la costumbre
en tu lucha a sangre fría
contra las torturas de tu vida,
y puede que cambie el rumbo
de tu porvenir.
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