dissabte, 26 de novembre del 2016

Hormiga

Cuando cierras la puerta
la violencia se presenta sin reglas.
Crees que el mundo no te molesta
y que por fin descansarás apaciguado.
Piensas que se ha quedado allí fuera,
sin moverse más allá 
de su fuerza centrífuga. 
En tu ser eso no es.
Atacas al mundo con tus 
quejas e indiferencia,
y él a ti con tu desdén.
Cada día eres más insignificante
y perverso, igual que la imagen 
que proyectas de él hasta que, 
al final, en la riña, el peso 
del odio te aplaste entero,
y tu alma, que en su momento
fue grandiosa, se despierte
convertida en hormiga.   

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