dimarts, 4 d’octubre del 2016

Demonio

Adiós rumiante, adiós.
Aunque te quiera, debes marcharte
Con el rabo entre las piernas.
Puedo suplicarle al viento que te
Arrastre por los cuernos
O que la tierra te eche raíces
y te devore…

Pero sé que todo lo que implore  
Será en vano, te divierte tomarme
Por tu muñeco en las palmas de tus manos.

Adiós farsante, adiós.
Y aunque no me vea sola
Sabemos que nuestra afectuosidad
Es altamente tóxica.
Puedo lo que me permites,
Amo lo que te descuidas,
Hago lo que puedas controlar
Cerca de la mediocridad.
Ya, ¡para!

Deja la trampa del amor
Para otras causas
Y vuelve al otro plano,
Regresa a tu lugar.
Por favor, mi más fiel y maldito amado,
Déjame dulcemente en paz.

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