Puede haber luto
sin palabras.
Puede haber luto
sin nombrar.
Dolor sin
llamarlo dolor
Dagas en las
entrañas
Y heridas que
quién sabe
Si el tiempo
traicionero
Volverá a dejar
abiertas.
Sea como sea, sé
que volverás
Para escupirme y
tapar
tu impotencia.
tu impotencia.
Vives en mis
vestigios de heroína sin víctima
Moras en mi
pupila cuando miro a cualquiera
Y te inflamas en
mi rabia por cada decepción
Que confirma la
regla.
Nunca entenderás
la ardua tarea
Que conlleva
admitir que ninguno desenvuelva
Las capas que te disimulan para descubrir
En silencio lo
eterno, más allá, tras la consciencia
Más superflua de
un cuerpo, un nombre,
Y una risa sonora
que responde
como el falso amante
espera.
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