dilluns, 26 de setembre del 2016

Miserables

Nos enseñaron a dar sin condiciones.
Barra libre para el sujeto
de nuestros amores.
No es importante pedir,
Y un ultraje negarse al afecto
Aunque suponga destrozarse por dentro.

Crecimos así, eternos donantes.
De nuestra dignidad amasamos pasteles
Que regalamos a otras almas voraces
Como la nuestra, por supuesto.
No queremos ni la mitad,
Comemos las migajas de bajo la mesa
Y nos sentimos culpables de
Ansiar un pedazo.
No podemos probarlo.
Somos unos miserables
Porque ya desde el inicio
Nos condenamos como culpables.  

1 comentari:

  1. Oh sí.
    Miserables en todas partes.
    Y todas horas.

    Suerte que luego viene la muerte y lo arregla.

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