Esta tarde,
cuando volví de trabajar,
Sonando Youth en
mi cabeza,
Noté como la
inocencia aniñada
Fue arrinconada
en una esquina.
En ese instante,
todavía fresco,
Vi pasar mis inexpertos
años
de la recién estrenada
veintena.
En esa época, no
temía ser herida
Porque había una
tabla a la que aferrarme,
La universidad
era un aliciente
Para encontrar
algo decente
Y siempre, tuve
la certeza que a pesar
de los años nunca
nos haríamos mayores
porque el alma
potente que se siente
joven no se
percata de la edad
ni de una posible
evolución torpe.
Ahora ya me ves,
con remiendos
De corazón roto,
aspirando oxígeno
Como una loca
para atrapar ovillos
De libertad. El
hilo recoserá
Con la calma de
una costurera experta.
El alma hecha y
derecha, aún descosida,
no conoce la flaqueza.
Se levanta incluso
sin piernas y
recompone todas las piezas
que somos y de
las que nos creíamos huérfanos.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada